Un autogol de Kyle Walker le vale a los 'red devils' para conseguir la primera victoria de la temporada. Un partido marcado por imprecisiones y un ritmo muy bajo.
Era el partido que daba comienzo a un nuevo campeonato de la Premier League. El inicio de la que para muchos es la mejor liga del mundo abría el telón con un partidazo en Old Trafford. El Manchester Unitedlogró una pobre victoria ante un Tottenham cuya puesta en escena fue maravillosa, pero que se hundió demasiado pronto. Como novedades en este primer encuentro, sorprendía la suplencia de Ander Herrera, uno de los motores del United la temporada pasada. Otra ausencia que no pilló de sorpresa fue la presencia de De Gea en la grada. Una imagen que le acerca cada vez más al Real Madrid.
Los primeros minutos dejaron una gran imagen del conjunto visitante. La presión de los de Pochettino era alta, y el United se mostraba incapaz de hacerse con el balón con claridad. Rooney pedía adelantar la presión, que el equipo saliera. No lo consiguieron los red devils hasta que en un error no forzado de Bentaleb, que se equivocó en la entrega, llegó la oportunidad de hacer lo que mejor saben, el contragolpe. Depay metía el balón en profundidad para Young, que servía a Rooney el gol en bandeja. El delantero inglés estuvo lento en la ejecución, pero la aparición desmesurada de Walker hacía que el lateral introdujese el balón en su propia portería.
No es la primera vez que en Old Trafford un gol aislado, una jugada ajena el guión que seguía el encuentro, cambia por completo el panorama. El United dio un paso adelante y, desde entonces, el Tottenham no volvió a inquietar las inmediaciones de la portería de Romero. Cierto es que bajó el ritmo, totalmente comprensible teniendo en cuenta las fechas en las que nos encontramos. Un gol inmerecido que colocaba al United por delante. El mejor del primer tiempo fue Carrick, timón absoluto de Van Gaal. El inglés estuvo una vez más perfecto en la entrega y en el robo.
El ritmo elevado de los primeros minutos se perdió y no volvió a aparecer en la segunda parte. Los segundos 45 minutos fueron un cúmulo de imprecisiones, sin que los grandes jugadores de los que disfrutaba el encuentro (Rooney, Mata, Depay, Kane, Eriksen…) aparecieran para brillar y cambiar la dinámica. Un tiro a puerta de Young que detuvo sin problemas Vorm, y otro de Eriksen poniendo a prueba al debutante Romero, fueron las únicas ocasiones claras, algo que resume el escaso nivel que mostró el partido. Ni el United mostró lo esperado ni el Tottenham arriesgó para lograr el empate.
El United se queda con los primeros tres puntos de la temporada pero con la sensación de que hay mucho por mejorar. Algo lógico a las alturas de curso en las que nos encontramos. Van Gaal deberá pensar, que, a pesar de lo pobre que fue el partido, ya tienen la primera victoria de la temporada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario