El Atlético de Madrid volvió a sacar su cara más pragmática para ganar por la mínima a unBetis, inoperante arriba y fallón atrás. Los colchoneros no erraron y aprovecharon la derrota del Real Madrid en el Clásico para asaltar la segunda plaza de la Liga.
Nuevo partido de los de Mel como locales y el mismo guión de sus últimos duelos en el Benito Villamarín. Esta vez el técnico optó por reforzar la medular con un trivote en el que entraron Digard y Xavi Torres pero los errores propios volvieron a condenarlos a remar en desventaja desde muy pronto. El centrocampista catalán perdió un balón con una conducción más que arriesgada y habilitó a Torres para el mano a mano ante Adán. El portero la sacó pero Koke fue el más rápido para mandarla a las mallas en el rechace.
Con el marcador a favor, el contexto favorecía al Atlético de Madrid para crecer desde su seguridad defensiva. A los rojiblancos les bastó con maniatar a Joaquín para que a Rubén Castro no le llegara ni un balón potable en toda la primera parte y la posesión que manejó fue siempre tan plana como estéril y lo único que se pudo rescatar de los verdiblancos cerca de Oblak fue un tiro manso de N'Diaye, activo pero desacertado cuando quiso crear en la frontal.
Mientras tanto, los pupilos de Simeone esperaban agazapados el robo en la medular para salir por la izquierda con un Ferreira-Carrasco sobresaliente que le dio la noche a un Piccini abandonado por Joaquín en la fase defensiva. El belga creó lo mejor de su equipo entendiéndose a la perfección con Filipe e incluso dispuso de un mano a mano para ampliar la ventaja pero Adán le cerró el espacio y la mandó al lateral de la red.
El Atlético tenía motivos para preocuparse en las labores defensiva y eso le restó predicamentos ofensivos y ayudó a que el Betis pudiera tener el balón más y mejor aunque los centros que colgaron los sacaron los centrales colchoneros con comodidad a la espera de una contra con la que poder sentenciar el choque.
Griezmann fue el que tuvo la más clara pero su tiro en el mano a mano ante Dani Giménez, que sustituyó al lesionado Adán, fue defectuoso cuando lo más efectivo habría sido apoyarse en Vietto que acompañaba para rematar el pase de la muerte.
A falta de la sentencia, Simeone refrescó a su equipo con Vietto, Saúl y Óliver y le dio un calmante al partido manejando el ritmo con posesiones largas, mientras que el Betis lo intentó como pudo con balones colgados que Godín y Savic sacaron sin apuros.
Griezmann, que no tuvo su noche de cara a puerta, perdonó otra vez la sentencia estrellando un mano a mano en el palo pero el Betis se siguió encontrando con un muro defensivo que bastó al Atlético de Madrid para asaltar el Villamarín y la segunda plaza de la Liga.
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