El futbolista navarro rompió el empate con un gran testarazo y su sequía personal, más de dos años después.
Más de dos años ha durado la sequía de Javi Martínez, concretamente desde agosto de 2013 en la Supercopa ante el Chelsea. El todoterreno navarro, ausente en muchos tramos de los últimos cursos por lesión, ha roto con su potente cabezazo, digno de un ariete, un encuentro que se iba enquistando con el paso de los minutos y que deja al Bayern más líder.
La derrota del Borussia Dortmund a manos del Hamburgo proporcionaba al Bayern la posibilidad de alargar la distancia entre los bávaros y los 'borussiers'. Una opción que los hombres de Pep Guardiola buscaron con sigilo y parsimonia.
El conjunto muniqués se había adueñado del cuero debido a la superioridad en la medular y una mayor posesión que no se había traducido en inquietud a Fährmann. Tuvo que ser un golpeo de Alaba, tras saque de esquina, el que se convirtiera con mucha fortuna, después de golpear a un rival, en el primer tanto del campeón.
Cuando parecía que el guión iba a ser un monólogo visitante, un robo en la medular de los locales desencadenó en una contra conducida por el prometedor Sané para que finalizara Meyer de golpeo al palo largo, en el primer chut a puerta, rompiendo el pronóstico que llevaba el partido.
El empate dinamizó el encuentro, haciendo que cado uno utilizara sus armas: el Bayern explotando el dominio territorial y el Schalke moviéndose como un acordeón cuando recuperaba la pelota.
La electricidad del primer tiempo se apagó en un segundo acto donde la falta de ideas y la ausencia de huecos en la defensa 'minera' ofrecía un panorama complicado para los de Baviera que recurrió a un clásico centro lateral, obra de Robben, que Javi Martínez cabeceó como un delantero centro puro, para así romper con su sequía personal.
La postrimera diana de Müller sirvió para certificar estos otros tres puntos del líder de la Bundesliga, el cual pone de nuevo distancia con los perseguidores.
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