Dos goles del atacante galo castigan los errores defensivos del conjunto de Javi Gracia, que recortó diferencias con un gol en la segunda parte de Charles
El Sevilla se impone por la mínima al Málaga y se mete de manera provisional en los puestos que dan acceso a la Europa League. El héroe del partido fue Kevin Gameiro, máximo goleador del equipo con 14 tantos y autor de un doblete en la primera mitad que puso el partido cuesta arriba para los de Javi Gracia. El conjunto costasoleño desplegó durante gran parte del partido una mayor intensidad que su rival pero su indolencia defensiva dio al traste con sus opciones de puntuar en el Pizjuán.
Javi Gracia demostró una vez más su personalidad y optó por Nordin Amrabat en el once titular que propuso en el Sánchez-Pizjuán. El internacional marroquí, que tiene las horas contadas en el conjunto malaguista debido al interés del Watford inglés, es un jugador que aporta ese plus distintivo al equipo que dirige el técnico navarro. Además de su movilidad y capacidad creativa, el ex del Galatasaray ofrece una lucha que contagia a sus compañeros y comenzó el encuentro tapando uno de los fuertes del conjunto de Unai Emery: la banda izquierda que hoy flanqueaba Michael Krohn-Delhi junto con Benoït Trémoulinas.
Justo por ese lado del terreno de juego llegó la ocasión más clara hasta los goles de Kevin Gameiro. Hubo que esperar hasta el minuto 34 para levantar de los asientos a la hoy paciente afición sevillista, un tanto anestesiada tras el triunfo en el pasado derbi de Copa del Rey. Una dejada de cabeza desde dentro del área del lateral galo dejó completamente solo al mediapunta danés pero no acertó en su volea casi a bocajarro y la ocasión se fue a las nubes. Anteriormente solo se computaron unas cuantas llegadas de Trémoulinas a línea de fondo que nunca encontraron rematador.
Porque además de la inclusión de Nordin Amrabat en el once, Javi Gracia tenía estudiado el choque a la perfección y sujetó la creación sevillista con esos dos pitbulls que tiene en la plantilla: Recio y, sobre todo, Ignacio Camacho, que apretaban en el centro del campo al jugador más creativo de Unai Emery: Éver Banega. Con su presión en el centro del campo, los malaguistas provocaron hasta 17 pérdidas del internacional argentino en la primera mitad, al menos diez más que cualquier otro jugador hasta ese momento en el partido. Sin Banega, el Sevilla no encontraba su juego.
Pero uno de los puntos fuertes de este Sevilla es disponer de diferentes registros futbolísticos. Que no te funciona Banega, pues se potencia el fútbol directo. Y así llegó el tanto que abrió la lata. En el minuto 40, un patadón al más puro estilo rubgy de Adil Rami hacia la carrera de Kevin Gameiro, que retrató con su velocidad a un Weligton que solo pudo disfrutar de la vaselina del francés ante Carlos Kameni. A renglón seguido y sin tiempo para hacer la digestión del primer tanto, una carrera huracánica de Vitolo pilló totalmente desprevenida a la zaga malaguista y terminó con un pase de la muerte para el segundo tanto del delantero galo, que ha marcado nueve goles en sus últimos cinco encuentros ligueros en el Sánchez-Pizjuán.
Tras el paso por vestuarios, el Málaga se benefició de la relajación sevillista, que comenzó a notar el cansancio acumulado tras esta dura temporada, y fue metiendo en su área poco a poco a la zaga del conjunto de Unai Emery. Sin apenas capacidad de contragolpe, el Sevilla fue metiéndose atrás y el Málaga creando peligro, sobre todo a raíz de la entrada de Roque Santa Cruz, que se asoció con Charles formando una dupla muy peligrosa. Este último sería el autor del gol malaguista en el Pizjuán cuando apenas faltaban 20 minutos para la conclusión. Un mundo. Pero que solo mediante un zurriagazo de Charles desde la frontal tras una sensacional dejada de pecho de Santa Cruz. Al final, la tensión hizo mella y tanto Vicente Iborra como Arthur Boka se marcharon antes de tiempo al ser expulsados.
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