El Atlético de Madrid no pudo pasar del empate sin goles ante el Astana en la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions League. Los de Simeone fueron de menos a más a lo largo de los noventa minutos pero no fueron capaces de concretar sus ocasiones ante un rival que, a diferencia de lo que ocurrió en el Vicente Calderón hace dos semanas, sí jugó con los más habituales ante su afición.
El conjunto colchonero, que asumió el protagonismo con la pelota en los minutos iniciales, fue desdibujándose de forma paulatina en la primera parte ante el empuje del equipo local. Kabanaga, muy activo en la primera parte, fue el principal referente de peligro ante un Oblak que, sin tener que enfrentarse a situaciones críticas, sí observó varios acercamientos del rival a su área.
Koke tuvo la ocasión más clara del Atlético en la primera parte con un libre directo que se estrelló en el larguero. Ese fue el broche a un período en el que el Astana, contra todo pronóstico, había sido superior.
Tras el descanso, los rojiblancos salieron con más mordiente y con otra actitud, a pesar de que el partido tuvo más interrupciones. Consciente de que empatar no era suficiente, Simeone movió el banquillo y dio entrada a Jackson Martínez y a Ferreira Carrasco buscando un gol que nunca llegó a pesar de que los madrileños lo intentaron hasta el último minuto: Eric y de nuevo el travesaño tras un remate franco de Griezmann consiguieron mantener imbatida la portería kazaja.
Con este resultado, el Atlético se queda con siete puntos a la espera de lo que hagan Benfica y Galatasaray en el otro encuentro del grupo, y tendrá que jugarse la clasificación en las dos próximas jornadas. El Astana, por su parte, cierra la clasificación con dos empates.
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