El legendario jugador italiano, que cumplirá 40 años en septiembre, se ha despedido de la máxima competición continental ovacionado en el Santiago Bernabéu
Hay ciertos futbolistas que deberían jugar eternamente. Ser estrellas perennes de un escenario idílico. Con la Champions League como máximo exponente de una grandeza basada en talento, sacrificio y éxito. Francesco Totti es uno de ellos. Uno de los iconos globales durante las dos últimas décadas que este martes ha disputado su último partido en la máxima competición continental.
En una tesitura delicada y relegado a un rol de secundario en la Roma, el astro italiano, campeón del mundo en 2006, escribe esta temporada las últimas páginas de su histórica carrera, de una dilatada trayectoria que le ha llevado a ser considerado como uno de los más grandes del fútbol mundial durante muchos años.
Su adiós a la Champions no ha podido tener lugar en un mejor estadio: el Santiago Bernabéu. Las gradas que celebraron los triunfos y remontadas de los más grandes de la historia, del club más laureado de la competición, del único equipo que ha levantado al cielo 10 Copas de Europa. La afición del Real Madrid ha sido la encargada de despedir a Totti entre aplausos.
En el minuto 74 del partido correspondiente a la vuelta de los octavos de final de esta edición de la Champions League, en el que el Madrid se impuso a la Roma (2-0), Totti ingresó en el terreno de juego en sustitución de Stephan El Shaarawy. Y el Bernabéu fue un clamor. Una ovación generalizada para el '10' de la Roma como colofón a una carrera excelsa.
Tras la tensión del encuentro, donde la Roma tuvo en su mano el pase a la siguiente ronda en varios momentos del mismo, la parroquia blanca festejó dos goles consecutivos de su equipo para celebrar la clasificación. El desahogo se hizo aún mayor con la entrada de Totti en el campo. Fue una alegría mezclada con el orgullo de despedir de la Champions a una leyenda; uno de los más grandes.
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